MÉTODO CIENTÍFICO
Existe un
procedimiento general de investigación común a todas las ciencias naturales y
sociales (sin incluir las Matemáticas) conocido comúnmente como “El Método
Científico”, que consta de tres fases:
1.
Observación de los fenómenos y experimentación.
2.
Elaboración de teorías que expliquen los fenómenos observados.
3.
Contrastación de las teorías y más experimentación.
Veamos en
más detalle estas fases:
1. OBSERVACIÓN DE LOS FENÓMENOS. En esta
fase hay que diseñar metodologías que nos permitan la observación repetida de
los fenómenos que queremos estudiar, de la forma más aislada posible. Para ello
se suelen diseñar los experimentos científicos, que han de tener la
característica de ser consistentes y repetibles, es decir, que puedan ser
repetidos por otros experimentadores siguiendo su exacta descripción y
obteniendo similares resultados.
Pero no
siempre se puede observar la naturaleza en el laboratorio; en Astronomía
y Cosmología casi nunca se pueden realizar experimentos, por lo que es
fundamental la observación repetida de fenómenos similares, en la que hay que
tomar nota sistemáticamente de todo lo que ocurre.
Un caso
relevante de observación de la naturaleza fue el trabajo que realizó
Tycho Brahe en la toma de datos de las posiciones de los planetas en el
firmamento a lo largo de varios años, cuya detallada observación posibilitó que
más tarde Kepler elaborara su teoría del movimiento planetario.
2. ELABORACIÓN DE TEORÍAS QUE EXPLIQUEN LOS
FENÓMENOS OBSERVADOS. A partir de los datos que sistemáticamente se han
recogido, el científico elabora hipótesis que expliquen los resultados. Dichas
teorías han de ser consistentes con todos los datos recogidos, y normalmente se
elaboran para explicar resultados que no concuerdan con las teorías
previas.
A partir
de los datos de Brahe, Kepler formuló las tres “leyes de Kepler”, que
establecen de forma precisa la relación matemática del movimiento de los
planetas alrededor del Sol. A menudo, una teoría física solamente establece
relaciones matemáticas entre los datos recogidos, sin dar mayor explicación del
porqué de dichas relaciones. Es el caso de las leyes de Kepler, que aunque
predicen de forma exacta en qué posición determinada estará un planeta en un
momento concreto, no dicen nada de por qué se mueven siguiendo esas
leyes.
En otros
casos, las teorías sí nos hablan algo más del porqué de las cosas. Por ejemplo,
la ley de la gravedad de Newton -de la que se pueden deducir las leyes de
Kepler- nos dice que los planetas se mueven alrededor del sol porque existe una
fuerza llamada Gravedad que actúa entre todos los cuerpos del universo;
aunque cada nueva teoría, a pesar de aclarar algunas cosas, siempre dejará
nuevas preguntas en el aire. En el caso de la Gravedad, nos preguntamos ¿por
qué existe una fuerza de atracción entre dos cuerpos?.
3. CONTRASTACIÓN DE LA TEORÍA. Sobre datos
observados se elaboran nuevas teorías, pero normalmente nadie se toma en serio
una nueva teoría si no predice nuevos resultados que puedan ser comprobados a
posteriori.
La teoría
de la relatividad general de Einstein explicaba toda una serie de
fenómenos que no cuadraban con la gravitación de Newton -como el desplazamiento
del perihelio de Mercurio, y no fue tomada totalmente en serio hasta que
algunas de sus nuevas predicciones fueron comprobadas. Las mediciones de
desviación de la luz en el eclipse de 1920 supusieron un fuerte
espaldarazo a dicha teoría.
Digamos
que con un montón de números sobre la mesa puede no ser excesivamente difícil
encontrar teorías matemáticas que cuadren con ellos, pero, evidentemente, la
contrastación sólida de las teorías consiste en idear nuevos experimentos y/o
nuevas observaciones que no hayan sido realizadas previamente y cuyos
resultados concuerden con la nueva teoría; suponiendo siempre que dichos
resultados son diferentes de las teorías previas.
http://trabajosmedicos.blogspot.mx/2012/06/metodos-de-la-fisica-metodo-cientifico.html
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